En esta ocasión compartiré con ustedes un
articulo que me encontré en línea y que se me hace interesante, pues creo, que
parte de nuestras experiencias proceden de nuestros primeros modelos. Espero
que podamos sacar un buen provecho para ir sanando aquellas heridas de nuestra
vida.
El gran amor de
los Padres
Todas las madres y
todos los padres aman a sus hijos. Es posible que los hayan abandonado, o que
les hayan lastimado, debido a las heridas que ellos mismos tenían, pero en
medio de sus heridas trataron de entregarnos el amor más grande y puro que
tenían. Nuestros Padres son nuestro primer amor. Nuestros padres son nuestra
referencia de amor.
Si no podemos
valorar el amor más grande en esta tierra, que es el amor de nuestros padres
¿Cómo vamos a ser capaces de valorar otro tipo de amor más pequeño? Si no somos
capaces de reconocer la luz del sol debido a nuestra ceguera ¿cómo podríamos
ser capaces de ver la luz de una vela? Quien no puede sentirse amado por sus
padres, le será imposible sentir el amor de las demás personas que le aman
muchísimo menos.
Aunque nuestros
padres no nos hayan dado nada material o no hayan estado con nosotros, ya nos
dieron la vida, que en sí misma es una prueba de amor.
Somos la
continuación de nuestros padres
Somos la
continuación de mitad mamá y mitad papá. Todos nosotros tenemos en nuestra
sangre la mitad de mamá y la mitad de papá. Este es un hecho inevitable, es una
Gracia de Dios. Aprendiendo a amar a nuestros padres nos aprendemos a amar a
nosotros mismos. Así pues, la reconciliación con nuestros padres es la
reconciliación con nosotros mismos. Siempre recordamos que aunque nosotros
somos la continuación de nuestros padres, nosotros debemos escribir nuestra
propia historia, podemos ser diferentes de lo que ellos fueron, pero no como
producto del rechazo ni del resentimiento, sino como producto del amor y la
aceptación a ellos.
Nuestros padres
son nuestro modelo de hombre y mujer
En nuestro
inconsciente, sólo existe un modelo de hombre y sólo existe un modelo de mujer.
Nuestros Padres constituyen la base de ese modelo, es decir, nuestra madre
representa la mayoría de nuestro modelo femenino y nuestro padre es representa
la mayoría de nuestro modelo masculino. Las demás mujeres y los demás hombres
que conocemos también influyen pero en una forma mucho menos significativa,
aunque conscientemente creamos que tuvimos otros modelos.
En nuestra pareja
buscamos nuestros modelos
La mujer busca en
su marido el modelo que tiene de hombre a su vez este modelo se fundamenta en
la imagen que ella tiene de su padre. En otras palabras, la mujer busca en su
marido el modelo emocional de su padre.
Así mismo, el
hombre busca en su esposa el modelo que tiene de mujer, a su vez este modelo se
fundamenta en la imagen que él tiene de su madre. En otras palabras, el hombre
busca en su esposa el modelo emocional de su madre.
Por ejemplo, si
nuestro padre fue ausente y no hemos sanado, si somos hombres tenderemos a ser
padres ausentes o padres muy sobreprotectores (lo opuesto con la misma herida).
Si somos mujeres buscaremos parejas ausentes o muy controladoras (lo opuesto con
la misma herida).
Así mismo, si
nuestra madre fue ausente y no hemos sanado, si somos hombres tendremos la
tendencia a buscar una esposa ausente o sobreprotectora. Si somos mujeres
seremos esposas ausentes o muy controladoras.
De la misma manera
si nuestro padre o madre fue violento/a, si no sanamos, tendremos a replicar la
violencia en nosotros o buscar una pareja violenta.
Es de notar que no
podemos cambiar el hecho de que uno o ambos de nuestros padres hayan sido
violentos o ausentes, pero lo que sí podemos cambiar es la interpretación del
hecho. Por ejemplo, si sentimos que mamá nos pegaba porque NO nos amaba
entonces tendremos un modelo dañado de mujer, pero si sentimos que nos pegaba
para educarnos y que aunque era violenta nos amaba, entonces habremos
reconstruido nuestro modelo de mujer. Lo mismo pasa con el modelo interior de
hombre. En síntesis, logramos reconstruir nuestro modelo de mujer u hombre
cuando encontramos el amor de nuestros padres y les amamos.
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