En
esta ocasión comenzaré hacer una serie de entradas sobre la experiencia amorosa en general, este documento corresponde al sacerdote jesuita Eduardo López Azpitarte, profesor emérito de Moral y bioética en la Facultad
de Teología de Granada. Entres sus obras más importantes se encuentra
Sexualidad y matrimonio, hoy; Fundamentación de la ética cristiana; y Moral del
amor y de la sexualidad. Con la Universidad Iberoamericana ha publicado, entre
otros títulos, Pastoral de la ética cristiana, por ello considero importante el
presente articulo, el cual si logramos seguir su lectura atenta puede
arrojarnos muy buenas luces para nuestro crecimiento personal.
En todos los idiomas modernos hacer
el amor ha venido a significar desgraciadamente cualquier tipo de relación
sexual, como si fuera la única forma de querer a una persona, o el simple hecho
de tenerla manifestara la autenticidad del cariño. Vale la pena, por tanto,
reflexionar primero sobre lo que significa amar a una persona.
La
mitología griega nos aporta una primera constatación interesante. Los mitos son
historias fabulosas, pero que se fundamentan en la misma realidad que pretenden
explicar. Aunque los autores antiguos no ofrezcan siempre la misma genealogía,
muchos consideran a Eros, el dios del amor, como fruto de la unión de Ares y
Afrodita . Su padre es el dios guerrero por excelencia, el símbolo de la fuerza
y del poder, capaz de vencer todas las dificultades y destruir a sus enemigos.
Revestido de armadura y cubierta su cabeza con un casco, destruye los carros,
deshace murallas, supera cualquier desgracia o infortunio. Jamás sentirá miedo
frente a ninguna aventura, pues la misma dificultad le hace crecerse y estar
dispuesto a la lucha hasta derrotar a quien pretenda ser su adversario. Es el
impresionante dios de la guerra, que se hace odioso y rival del propio Zeus. El
único punto débil, del que se aprovechan sus competidores, reside en su ímpetu
ciego e irracional, como si, en ocasiones, le faltara una dosis de paciencia y
reflexión. Antes de esperar un poco para pensar serenamente, ya está preparado
para embarcarse en cualquier hazaña.
Su madre, sin embargo, surge de la
espuma del mar, sin fuerza ni consistencia, como las olas que se deshacen en la
arena. Lo único que posee es el arte de la conquista y de la seducción. Con su
sonrisa calma los vientos y las tempestades, y de esta manera consigue lo que
pretende hasta de sus mismos enemigos. No posee firmeza ni estabilidad, pero
cuando alguien queda cautivado por su encanto, se vuelve dócil a todas sus
insinuaciones. Lo que no puede conseguir por la fuerza lo alcanza por el
corazón. Una mirada es suficiente para sentirse prisionero e incapaz de
reaccionar.
Tu opinion en la Iglesia es una voz que resuena para Gloria de Dios.
mira que padre articulo, en eso tienes mucha razon muchas personas piensan que el amor solo puede manifestarse y demostrarse con relaciones sexuales y eso no es cierto, yo no digo que no sea parte del amor si lo es es un fruto que se va dando pero a su debido tiempo cuando ambos esten preparados es parte de la etapa del matrimonio y ademas hay mas formas de manifestarse con detalles muestras de amor cariño palabras bonitas
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