martes, 20 de marzo de 2012

La duda.


           En esta ocasión, presentaré un elemento que puede oscurecer o ser un camino de crecimiento en nuestras relaciones con los demás, así como nuestra relación de pareja, esta es, la duda, pero siempre dependerá de nosotros. Para poder esclarecer correctamente nuestra visión de este estado, es necesario recurrir a la definición propiamente dicha, donde encontraremos una primera referencia para continuar nuestra línea de reflexión.

            La Real Academia de la Lengua Española la define como:
“Estado de indecisión o de falta de certeza” y “cosa que provoca dicho estado o lo implica”.

Esta definición a simple vista puede no ayudarnos mucho, sin embargo, si consideramos que la duda puede proyectarse en los campos de la decisión y la acción, o afectar únicamente a la creencia, a la fe o a la validez de un conocimiento, eso nos deja ver que este estado depende netamente de nosotros.

Ahora bien, cabe aquí preguntarse ¿Cómo puede afectarnos la duda en nuestras relaciones? Primeramente para dar respuesta a esta pregunta, considero que es necesario que sepamos identificar qué tipo de personalidad tenemos, pues si nosotros generalmente desconfiamos de las personas que nos rodean a causa de nuestra historia personal, es obvio que la duda sembrará en nosotros una serie de realidades aparentes de una misma situación, es decir, si dudamos de algo cuando pase un problema con alguien, nosotros en nuestra mente daremos una serie de respuestas y soluciones a la problemática, como si fuéramos la otra persona sin siquiera llegar a platicar con ella, generando en nosotros una predisposición para resolver el problema.

Además de lo anterior, consideremos también, que la duda puede afectarnos en nuestro noviazgo de una manera muy singular, es decir, depende de la visión que tengamos de la persona que amamos y de qué tan sana sea nuestra relación. Existen dentro del noviazgo algunas enfermedades que con ayuda de la duda pueden terminar relaciones y llevarnos a ser personas ensimismadas, entre ellas podemos destacar, la idealización de la persona que amamos, es decir, pensar que nuestro novio o novia, es el ser más perfecto del universo y que es incapaz de fallarnos o que el amor que siente por nosotros es el mayor que ha sentido en toda su vida, cuando en ocasiones descubrimos que no es así y caemos en un precipicio y nos sumergimos en la depresión total, que nos cuesta mucho tiempo superar.

Otra cuestión puede ser, la constante necesidad-dependencia que nos formamos por estar con nuestro novio o novia, que en muchas ocasiones podemos llevarla al extremo cuartando nuestra propia libertad, pero esta es de las situaciones más fáciles de mediar, teniendo una correcta manera de ver al amor de nuestra pareja, considerándolo como alguien que está cercano a nosotros para ser mutuamente felices, sin llegar a ser esenciales, pues se convertirán en parte de nosotros cuando establezcamos un vinculo matrimonial.


Por último quisiera invitarte a analizar la manera en que te relacionas con los demás, considerando tu relación con Dios, pues es a través de ella como podemos ver que Él nos ama tanto que nos deja siempre elegir el momento y la manera en que estaremos con Él, para recorrer el camino que nos conduce a nuestra felicidad, que sin duda alguna, es y será siempre Él. 

1 comentario:

  1. que tema tan importante, muchas cosas de las que ahi mencionas son ciertas y creo que la duda desgraciadamente, tambien muchas veces se va alimentando en una relacion por la falta de comunicacion, de la confianza y los celos es algo feo que si uno no se preocupa por combatir y aprender confiar pero ser realista y estar preparado ante todo la duda mata y temrina con las relaciones....

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