En esta ocasión, presentaré un elemento que puede
oscurecer o ser un camino de crecimiento en nuestras relaciones con los demás, así
como nuestra relación de pareja, esta es, la duda, pero siempre dependerá de
nosotros. Para poder esclarecer correctamente nuestra visión de este estado, es
necesario recurrir a la definición propiamente dicha, donde encontraremos una
primera referencia para continuar nuestra línea de reflexión.
La Real Academia de la Lengua Española la define como:
“Estado de indecisión o de falta de
certeza” y “cosa que provoca dicho estado o lo implica”.
Esta
definición a simple vista puede no ayudarnos mucho, sin embargo, si
consideramos que la duda puede proyectarse en los campos de la decisión y la
acción, o afectar únicamente a la creencia, a la fe o a la validez de un
conocimiento, eso nos deja ver que este estado depende netamente de nosotros.
Ahora
bien, cabe aquí preguntarse ¿Cómo puede afectarnos la duda en nuestras
relaciones? Primeramente para dar respuesta a esta pregunta, considero que es
necesario que sepamos identificar qué tipo de personalidad tenemos, pues si
nosotros generalmente desconfiamos de las personas que nos rodean a causa de
nuestra historia personal, es obvio que la duda sembrará en nosotros una serie
de realidades aparentes de una misma situación, es decir, si dudamos de algo
cuando pase un problema con alguien, nosotros en nuestra mente daremos una
serie de respuestas y soluciones a la problemática, como si fuéramos la otra
persona sin siquiera llegar a platicar con ella, generando en nosotros una
predisposición para resolver el problema.
Además
de lo anterior, consideremos también, que la duda puede afectarnos en nuestro
noviazgo de una manera muy singular, es decir, depende de la visión que
tengamos de la persona que amamos y de qué tan sana sea nuestra relación.
Existen dentro del noviazgo algunas enfermedades que con ayuda de la duda
pueden terminar relaciones y llevarnos a ser personas ensimismadas, entre ellas
podemos destacar, la idealización de la persona que amamos, es decir, pensar
que nuestro novio o novia, es el ser más perfecto del universo y que es incapaz
de fallarnos o que el amor que siente por nosotros es el mayor que ha sentido
en toda su vida, cuando en ocasiones descubrimos que no es así y caemos en un
precipicio y nos sumergimos en la depresión total, que nos cuesta mucho tiempo
superar.
Otra
cuestión puede ser, la constante necesidad-dependencia que nos formamos por
estar con nuestro novio o novia, que en muchas ocasiones podemos llevarla al
extremo cuartando nuestra propia libertad, pero esta es de las situaciones más
fáciles de mediar, teniendo una correcta manera de ver al amor de nuestra
pareja, considerándolo como alguien que está cercano a nosotros para ser
mutuamente felices, sin llegar a ser esenciales, pues se convertirán en parte
de nosotros cuando establezcamos un vinculo matrimonial.
Por
último quisiera invitarte a analizar la manera en que te relacionas con los
demás, considerando tu relación con Dios, pues es a través de ella como podemos
ver que Él nos ama tanto que nos deja siempre elegir el momento y la manera en
que estaremos con Él, para recorrer el camino que nos conduce a nuestra
felicidad, que sin duda alguna, es y será siempre Él.
que tema tan importante, muchas cosas de las que ahi mencionas son ciertas y creo que la duda desgraciadamente, tambien muchas veces se va alimentando en una relacion por la falta de comunicacion, de la confianza y los celos es algo feo que si uno no se preocupa por combatir y aprender confiar pero ser realista y estar preparado ante todo la duda mata y temrina con las relaciones....
ResponderEliminar