![](http://2.bp.blogspot.com/-LfcwxqHO8TQ/T1GmdToBdSI/AAAAAAAAAHA/PM2VAJF0-Ps/s320/Un-anillo-de-promesa-sirve-para-formalizar-y-profundizar-tu-relaci%C3%B3n-de-noviazgo.jpg)
no
hay problema sin solución,
no
hay día sin alegría,
no
hay obra sin mérito,
no
hay cruz sin consuelo,
no
hay trabajo sin satisfacción.
Muchos son desgraciados porque no han seguido la voluntad de
Dios. Dios los llamaba a algo más grande, más sublime, pero se hicieron los
sordos y siguieron su propio gusto y no terminan de encontrar consuelo a su
penoso extravío. Por ello, quien quiera de verdad que Dios reine en su noviazgo
y luego en su matrimonio, antes debe estar dispuesto a seguir la vocación que
Dios quiere. Si Dios quiere a un joven como sacerdote, jamás será feliz
casándose y lo que es más, ni su esposa ni sus hijos serán felices. Si una
joven no sigue el llamado de Cristo a ser su esposa, andará siempre muy alejada
de la felicidad. Todos se dan cuenta de que si Dios llama al matrimonio no se
puede ser feliz como monje, pero muy pocos alcanzan a ver que al revés,
tampoco. Sabido que Dios nos quiere en el matrimonio, tenemos que elegir a la
otra parte según Él: para esto debemos rezar siempre pidiendo por la esposa o
el esposo que Dios nos tenga destinados, como así también por los hijos.
Además los novios deben formarse examinando en común la
verdadera concepción del matrimonio, sus deberes y derechos; deben conocer la
doctrina católica sobre el mismo, leyendo los documentos pontificios sobre el
tema, tales como las Encíclicas Casti Connubii de Pío XI, la Constitución
pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et Spes, nn. 46-52,
Humanae Vitae de Pablo VI, Familiaris Consortio de Juan Pablo II, etc. Buenos
libros, como Casados ante Dios de Fulton Sheen, Cristo en la Familia de Raúl
Plus, Amor y responsabilidad de Karol Wojtyla, etc. Deberían también aprender a
cultivarse gustando de la buena música, del teatro culto, de la buena
literatura universal, de la pintura... Deberían comprometerse en el trabajo
apostólico, incluso asociativamente, en parroquias, capillas o movimientos,
dando a los demás tanto que han recibido de Cristo y, ¿por qué no?, en la
medida de lo posible, en alguna obra de caridad, como visitar hospitales,
sanatorios, o sea, cultivar la inteligencia adhiriéndose a la verdad, la
voluntad practicando la caridad –que los ayuda a salir de sí mismos– y la
sensibilidad gustando de la belleza.
![](http://2.bp.blogspot.com/-1yenb2p4yUs/T1GmaT7k3jI/AAAAAAAAAG4/WWca1idfdDQ/s320/4322901-un-rompecabezas-de-un-coraz-n-rojo-con-una-pieza-que-falta-cerca-de-l-es-s-lo-a-la-espera-de-ser-com.jpg)
Los sacerdotes católicos tienen la dicha inmensa de conocer
jóvenes de ambos sexos que son modelo de castidad. Algunos que jamás han
manchado sus almas con ningún pecado carnal conservando su inocencia bautismal,
que son los que forjarán los más sólidos, fecundos y felices hogares. Puedo
asegurar a los jóvenes que hay muchos que serán grandes padres de familias y
muchas heroínas en su hogar, por vivir ejemplarmente la castidad; en fin, que
por la gracia de Dios conoceremos todavía padres y madres, esposos y esposas
amantísimos que como bellas flores han de brillar aun en los peores pantanos
morales, para honra y prez de la Iglesia.
Jesucristo, "es el mismo ayer, hoy y siempre" (Heb 13,8) y siempre suscitará novios y novias santas que con todo amor y fidelidad lo seguirán a él, porque es el único que "tiene palabras de vida eterna" (Jn 6,68).-
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